KEFREN

A un lado de la Gran Pirámide, existen dos pirámides igual de famosas que ella: La de Kefren y la de Micerianos.
De esas 3 pirámides la de menor tamaño que es la de Micerianos, hijo de Kefren esto es según el árabe Latif en el siglo XIII. Pero no podemos dejar pasar por alto una vieja leyenda griega que cuenta que en esa pequeña pirámide había una mujer.

¿Sirvió de última morada a una cortesana?
El geógrafo Estrabón narro en uno de sus textos con connotaciones románticas, de la cual nació la pirámide más cercana la de Kefren, llamada Menkaura. Esta historia involucraban al faraón y una cortesana llamada Rodopis con quién casi se caso.
¿Cómo se conocieron? Al igual que el cuento de cenicienta pero algo un poquito diferente, la bellísima Rodopis se bañaba en un río y de pronto un águila desde lo más alto bajo y robo su sandalia, el águila voló hasta Menfis donde estaba el faraón siendo participe de un tribunal, pues fue ahí que dejo el águila caer la sandalia y el supremo la agarro y impresionado con el inesperado regalo caído del cielo, mando a buscar a la dueña de tan delicado pie. Fue así como Rodopis conoce al faraón y este en ves de hacerla una de sus tantas mujeres decidió casarse con ella.
Fue Rodopis quien muere primero. Debido a eso el faraón ordena construir una tumba colosal para su amada difunta esposa.
El historiador Manetón contaba algo muy distinto al geógrafo Estrabón, este decía que fue Nitocris sexta soberana de la VI dinastía, mujer noble y bellísima, la que ordenó construir la tercera de las pirámides de Gizeh llamada Menkaura, que esta situada a unos 200 m. de la pirámide de Kefren. ¿A quien le podemos creer?



La supuesta cámara secreta en Kefren
Después de la llegada de Napoleón Bonaparte a Egipto para explorar ese país aparecieron muchos arqueólogos y aventureros, en busca de conocimiento o de fortunas. Pero ninguno pudo debelar los misterios de la segunda cámara de la pirámide de Kefren.
En ocasiones encontraban lo que iban a buscar pero cuando esto no pasaba hacían destrozos e inventaban historias desagradables en Europa, historias que los europeos creían. Muy pocos visitantes eran arqueólogos, la mayoría eran aventureros que era su primera experiencia de estar en contacto con ruinas arqueológicas.
Uno de esos cazadores de fortuna fue Giovanni Belzoni, en 1818 logro estar en la pirámide de Kefren y según lo que cuenta encontró una especie de funeraria que dice estaba bacía. Los egiptólogos se preguntaban porque había una cámara sola en Kefren ya que en la de Keops había dos.


Pasaron muchos años sin que los egiptólogos puedan aclarar algo hasta 1965, un renombrado científico quien nada sabia de pirámides dijo escuchar algo acerca de supuestas segundas cámaras y se propuso investigar.
En 1968 académicos de Estocolmo le entregaron el premio Nobel de Física al Dr. Luis W. Álvarez, director del laboratorio de radiaciones Lawrence, de la Universidad de California en Berkeley. Pero muchas personas cuestionaron aquel galardón, ya que sus investigaciones no terminaron con fracaso pero tampoco con éxito, lo que si quedo fueron muchas dudas.