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viernes, 22 de enero de 2010

SlGFRIDO
Luchar con inercia

LA GRAN FIGURA DE SIGFRIDO ES CONOCIDA EN EL ÁMBITO DEL MITO DESDE ALEMANIA HASTA ISLANDIA, Y CONSTITUYE LA QUINTAESENCIA DE LOS HÉROES DE LA EUROPA DEL NORTE. LLAMADO SIGUR EN LAS HISTORIAS ESCANDINAVAS, SUS HAZAÑAS SON EL SUJETO DE ALGUNAS DE LAS MEIORES POESÍAS ÉPICAS DEL MUNDO. EN ESTE CASO, LA PARTE MÁS SIGNIFICATIVA DEL REIATO ES LA BATALLA ENTRE EL JOVEN SIGFRIDO Y EL DRAGÓN FAFNIR, GUARDIÁN DEL ORO DE LOS NIBELUNGOS.


SIGFRIDO fue el hijo de la unión prohibida entre Sigmundo y su hermana Siglinda. Aunque tanto el hermano como la hermana encontraron un final trágico, Sigmundo legó una espada grande y bella al hijo que nunca conocería. La espada estaba rota; no obstante, si se arreglaba, nunca podría ser derrotada en la batalla. El niño huérfano Sigfrido fue criado por Mime, el Nibelungo (enano), quien, a regañadientes, lo cuidó con la esperanza de que algún día el poderoso y valiente joven habría de encontrar la fuerza para matar al dragón Fafnir y capturar el gran tesoro escondido que había sido robado a los Nibelungos por el dios Wotan. Después, Mime planeaba matar a Sigfrido y quedarse con el oro.

Pero los dioses favorecieron a Sigfrido, pues cierto día, cuando el joven se hallaba caminando por el bosque, oyó cantar a un pájaro y se dio cuenta de que podía entender el cántico. El pájaro no solo lo previno de que Mime trataba de matarlo, sino que le dijo el motivo. Cuando Sigfrido regresó a la fragua, no comentó nada de lo que le habían advertido; se decidió a aguardar el momento oportuno, vigilante y atento. Al poco tiempo, Mime le propuso forjar de nuevo la espada de su padre, y Sigfrido hizo lo que estaba esperando, poniendo su fuerza y resistencia en la tarea. Mime le habló del tesoro en oro, escondido en una profunda caverna y guardado por el dragón dormido Fafnir. Entre este oro se hallaba el Anillo de los Nibelungos, que tenía muchos poderes, y que Mime codiciaba más que cualquier otra cosa. El enano le dio entonces instrucciones a Sigfrido para que regresara con el oro a donde él estaba. Pero Sigfrido había oído lo suficiente sobre su traición y lo mató con la espada.

Seguidamente el joven héroe partió a la búsqueda del dragón Fafnir. Este dragón había sido antes un gigante, no muy inteligente, pero extremadamente grande y perverso. Por el poder del Anillo, Fafnir se había convertido en una criatura enorme, repelente y escamosa. Este dragón estaba todo el tiempo dormido bajo el perpetuo encanto que le producía soñar con el oro enterrado bajo su cuerpo serpentino. El pájaro que antes había prevenido a Sigfrido de la traición de Mime, condujo ahora al joven hasta la caverna, y Sigfido, blandiendo su espada, mató al dragón y halló el tesoro. Pero tan poco le afectaban las tentaciones de la riqueza que solo escogió dos cosas para llevarse del tesoro: un casco que lo podía hacer invisible y el Anillo de los Nibelungos, cuyos poderes todavía no comprendía. Y a continuación partió en busca de nuevas aventuras.


COMENTARIO.

Como tantos héroes del mito, Sigfrido no conoce a sus padres, ni su verdadero potencial. Todo lo que posee es una espada rota, heredada del padre, que murió antes de nacer él. No obstante, esta espada, aun teniendo que ser forjada de nuevo, constituye un legado de fortaleza y coraje que ha ido pasando a lo largo degeneraciones. Del mismo modo, nosotros heredamos dones de nuestros padres y abuelos, a los cuales debemos de dar forma según los valores y capacidades propios, afín de utilizarlos a nuestro modo y en pos de nuestro propio destino. También, como muchos héroes de los mitos, Sigfrido se halla en peligro debido a una criatura traicionera que desea utilizar la fortaleza del joven para sus propios propósitos. Este primer conflicto con un enemigo refleja la realización temprana de que no todo el mundo está de nuestra parte, y de que debemos estar conscientes de la realidad de la envidia, de la mediocridad y de la destructividad —ya sea en nuestra familia, en el ambiente escolar, en el lugar de trabajo o dentro de nosotros—, si hemos de recorrer nuestro camino en la vida.

Sigfrido se vuelve consciente de esta necesidad de autoprotección oyendo el canto de un pájaro. ¿Qué puede significar esta extraña imagen? El pájaro es la voz de la naturaleza y de los instintos, advirtiéndonos que estamos en peligro y mostrándonos el camino correcto cuando llega el momento de emprender nuestra aventura. Quizá todos poseeríamos esta capacidad de entender la voz de los instintos si tan solo nos tomáramos el tiempo para escucharla. Debido a que Sigfrido se detiene y escucha y se abre a la sabiduría del pajaro, se entera no solo de dónde está escondido el oro, sino también de con quién tendrá que combatir a fin de sobrevivir.

Al matar a Mime, actúa en defensa propia, porque de otro modo el enano lo habría matado. Normalmente no tenemos que matar a nadie para obtener la autonomía; pero la muerte de Mime sugiere, a nivel simbólico, que debemos estar dispuestos a no tener consideración en alejarnos serenamente de esas personas que nos desean el mal. Esta es la dura lección que un joven debe aprender; pues a menos que uno crezca con graves dificultades o amargado por la vida, se suele tener ideales que nos inducen a creer que todas las puertas se abrirán ante nosotros cuando lo deseemos, y a asumir que todas las personas serán amables y cariñosas con nosotros. Esto es, al mismo tiempo, lo positivo y lo negativo de la juventud. Desgraciadamente, al igual que Sigfrido, puede que debamos aprender, antes o después, que en el mundo prolifera tanto el amor como el odio y que, aun cuando algunas personas pueden ser adorables, otras no lo son.

El dragón Fafnir es una criatura curiosa, en parte gigante y en parte dragón. Esta figura es una imagen de la codicia y la inercia. Satisfecho con poseer únicamente el oro, Fafnir no tiene intención de utilizarlo para bien ni para mal; lo único que desea, es tenerlo bajo su poder. A diferencia de otros dragones, que son también más peligrosos e incontrolados, Fafnir es una imagen del despilfarro, del poder y del potencial inútil. El oro representa valor y energía; por lo tanto, el dragón, símbolo de todo lo que significa pereza, indolencia, codicia y estancamiento en la naturaleza humana, se contenta con dormir sobre estos recursos preciosos desaprovechados, sin hacer nada, sin ir a ninguna, parte, y manteniendo estáticas las fuerzas vitales. Al destruir al dragón, Sigfrido libera estos potenciales, dejando que fluyan nuevamente por la vida.

Pero el héroe no desea grandes riquezas, ni las cosas que con el oro puede adquirir. Porque, de todas las pruebas que ya ha pasado, ha aprendido la sabiduría de los instintos, ha encarado la realidad de la malicia humana y ha reclamado y renovado su herencia: la espada que le otorga el poder de conquistar. Pero también ha encontrado algo más: la integridad. Sigfrido sabe lo que valora, y no es el lujo indiscriminado ni el poder terrenal que el oro le podía aportar. Elige solo el casco de la invisibilidad y el Anillo. No conoce la historia de estos; los elige porque los encuentra bellos y porque su instinto le dice que son más valiosos que cualquier moneda o bagatela de oro.

Estos objetos son sumamente importantes porque poseen poderes mágicos. El casco de la invisibilidad es un antiguo símbolo que encontramos también en los mitos griegos; allí se representa como una propiedad de Hades, y permite a quien lo lleva moverse en forma oculta por la vida. Se trata de una imagen de la sabiduría terrenal, porque con él sabemos cuándo debemos permanecer inmóviles, con objeto de poder observar y aprender de la vida sin imponer nuestros puntos de vista, deseos u opiniones sobre los demás. Es también una imagen de la capacidad de conocer y guardar secretos, sin la que seguiríamos siendo como niños que deben descargar sobre quienes estén dispuestos a oír todo lo que sienten y piensan.

¿Y el Anillo de los Nibelungos? Se han escrito volúmenes completos sobre su significado, y el Anillo de oro de Poder aparece no solo en mitos teutónicos y noruegos, sino también en el cuento clásico del siglo XX, de J. R. R. Tolkien, el señor de los anillos. El Anillo de los Nibelungos surge originalmente de la profundidad de las aguas, una imagen de la magia y el poder naturales en las profundidades del alma humana. Primeramente lo roba el enano Alberich, que busca el poder sobre el mundo; a su vez es robado por el gran dios Wotan. Este Anillo posee el poder de crear y esclavizar a los demás. Es arrancado de las profundidades del inconsciente y forjado en forma de utensilio que puede ser utilizado para el bien o para el mal, ya que ese es el poder del ingenio y la inspiración creadora de los seres humanos. Alberich desea utilizarlo para el mal; Mime quiere hacer lo mismo; Wotan no desea ningún mal, pero alimenta su vanidad y, sin querer, pone en movimiento al mal. Sin embargo, Sigfrido desea el anillo solo porque es bello. Todavía no comprende lo que este es capaz de hacer. Finalmente, lo conduce a una tragedia; pero eso sucede después, y debido a su propia estupidez. Por ahora, es necesario que nos acordemos de que el Anillo contiene todos los potenciales humanos para la creatividad y el liderazgo que pueden ser descubiertos por toda persona joven, si puede vencer al dragón de la pereza, la inercia y de la inconsciencia.

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