"Ser inmoral es gastar dinero en aburrirse, ser moral es aburrirse gratis"



lunes, 18 de enero de 2010

El Soldado Desconocido y la Rabona Heroica

Señal de Alerta

por Herbert Mujica Rojas*


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12 de enero de 2010





No ha mucho El Comercio publicó el artículo Una mujer contra la guerra a través del cual, el señor Ricardo León, sostiene que “un mismo evento generó la imagen de una heroína y la idea de un milagro divino” http://elcomercio.pe/edicionimpresa... refiriéndose a que la ciudadana francesa, la madre Hermasia Paget “intercedió para que Lima no fuera devastada por las tropas chilenas. Un grupo de peruanos busca rendirle un homenaje póstumo”. ¿Y cómo?: colocando sus restos en la Cripta de los Héroes.
Afirma con aleve acriticismo el autor del texto a que en “plena Guerra del Pacífico” persistiendo en la terquedad culposa de múltiples irresponsables y regalones de seguir repitiendo lo que fue un intento de glorificar la invasión y expoliación de que fue objeto Perú en la guerra de rapiña que emprendió Chile en 1879. Sostener aquello de la “guerra del Pacífico” es encubrir la pezuña bestial y el crimen masivo habido en estas tierras. Cada quien es dueño de su complicidad, es cierto, no obstante nada es más abyecto que ser parte de esa neumática y maquillaje que viene desde entonces y para protección de linajes, historias falsas y desverguenzas que los años, según sus fautores, debieran cubrir con un manto de olvido. E impunidad.
¿Hubiera actuado Petit Thouars de otro modo que con la actitud enérgica que morigeró de algún modo la costumbre bestial del invasor como ya había dado muestras convincentes desde 1879? ¡De ninguna manera! El propio autor da cuenta del diálogo entre Baquedano y Petit Thouars:
“Yo no puedo contener a mis leones”, refieren que dijo el chileno. “Yo tampoco podré contener a mis cañones”, dicen que le respondió el francés”.
Pretender un homenaje póstumo a Hermasia Paget trasladando sus restos a la Cripta de los Héroes, parece una exageración. Pregunto en voz alta ¿por causa de qué esos historiadores, ciudadanos, notables, llamados genéricamente “grupo de peruanos” no hacen un efusivo y respetuoso homenaje a la Rabona Heroica, esa mujer del pueblo, que acompañó, ella sí, el trance de lucha y heroísmo durante la guerra de rapiña?
Hoy 13 de enero, con unción respetuosa, el recuerdo de los héroes, los genuinos, entre ellos en sitial de preferencia el Soldado Desconocido y la Rabona Heroica, merecen el tributo de amor y dignidad de todos los pueblos del Perú que reconocen en aquellos a hombres y mujeres que dieron sus vidas en defensa de la patria en San Juan y Miraflores el 15 de ese mismo mes trágico de 1881.
Leamos.

El Soldado Desconocido y la Rabona Heroica

12-8-2008


¿Pudo Chile haber tenido mejor aliado que el megalómano asaltante del poder en Lima, Nicolás de Piérola? Hizo cuanto le fue posible para desabastecer, desorganizar, desmoralizar al ejército del sur y focalizó en Lizardo Montero su miedo, ineptitud, estupidez, privándole de refuerzos, armas, bestias, dinero y, sobre todo, respaldo en plena guerra. Los acontecimientos pesarosos de Tacna y Arica así lo prueban y todo señala con el dedo acusador al diminuto dictador cuya responsabilidad ha sido difuminada por la historiografía oficial, blanca y sesgada.
Derrotado el Huáscar el 8 de octubre de 1879, hundida en mayo la Independencia y detenida por casi seis meses, la invasión terrestre del Perú era parte de la guerra de invasión de Chile planeada con detenimiento, apoyo inglés e intereses mayúsculos en el guano y el salitre. No fue Bolivia ni su territorio aledaño al mar, fue Tarapacá y a la postre Arica las prendas de guerra, ricas y no negociables, las que ambicionaba y de las que se apoderó el enemigo.
Los prefectos que nombraba Piérola cumplían fidelidad hacia él, pero en desmedro de cualquier gloria del ejército del sur. Es decir Montero y su gente estaban condenados a perder en el campo de batalla, también, lo que en el campo de la logística había determinado un civil golpista y que fungió de director general de guerra.
En Tacna, como en Arica, en el Alto de la Alianza como en el Morro, sobresalió, cuasi desnudo y sin balas, por su valor epónimo, constancia, heroísmo y empuje, el Soldado Desconocido y cuando cayó derrumbado por proyectil enemigo, la Rabona Heroica empuñó el fusil y peleó reemplazando al compañero muerto y en muchos casos sacrificando la vida por la patria. Constantes, firmes, recurrentes, sus rostros indefinidos, que podrían ser la de millones de peruanos a lo largo y ancho del país, corren, disputan, disparan, una y mil veces en los campos de batalla dándole gloria al hombre y mujer de abajo que debió vibrar al compás de una sangre indomable que moría pero sin rendirse.
Pocas semanas atrás en el programa televisivo Fuego Cruzado enuncié que la nación aún debía ese gran homenaje al Soldado Desconocido y a la Rabona Heroica, verdaderos e inconfundibles peruanos guerreros.
En el Alto de la Alianza sucedió el prolegómeno del derrumbe total del ejército aliado. Piérola desde Lima instruía para que el flamante presidente boliviano Narciso Campero liderase las fuerzas conjuntas. ¡No, de ninguna manera, podíase suponer que al frente de los soldados podía aparecer el dictador de juguete! ¡Ni siquiera quiso premunir al ejército del sur del mínimo necesario para afrontar el compromiso en circunstancias honorables! Si en Tacna murieron miles de hombres y mujeres, no era sino la parte inicial de la tragedia terrestre sobre la cual, los desaciertos del dictador imponían la firma indeleble que la historia oficial se ha negado a señalar y denunciar. ¿Qué han hecho los historiadores?: maquillar dibujando volutas de cuanto aconteció porque acaso una traición meditada no alcanzaría ribetes de tanta y tan letal perfección.
Las finanzas nacionales no podían ir peor. Cerrado el crédito internacional, las arcas exhaustas, con un festival de decretos y hasta de actos inverosímiles, Piérola se había inventado hasta un “derecho” a señalar sucesor en cualquier contingencia, no podía haber sino el destino inevitable a que nos condujeron los sucesivos gobernantes del Perú desde 1821.
En Arica la superioridad numérica del enemigo se impuso. Para los fastos de la historia la heroicidad peruana tuvo en el Soldado Desconocido y en la Rabona Heroica instantes de consagración devota por los propósitos de la patria. En Bolognesi, Ugarte, Moore, lampos de gloria y civismo. El deguello por parte del invasor chileno de los heridos y sobrevivientes, muestra el salvajismo primitivo que sucesivas promociones de panegiristas han pretendido nombrar como parte de un comportamiento de guerra. En esas pampas y altiplanicies está firme como inolvidable, la sangre patriota vertida en defensa del Perú.
La campaña del Sur demostró la existencia de muchos Perúes y de severas fracturas entre los dirigentes de Lima, citadinos y díscolos y el interior más cercano a la tierra y habitante de su chacra, productor, pescador, labriego humilde o arriero de acémilas con rumbos conocidos. El mosaico nacional apareció nítido e inconfundible. No obstante ¿qué hicieron las clases dirigentes, limeñas y provincianas? ¡Nada de nada! Persistieron en la mansedumbre que el abusivo interpreta como servilismo y que Chile manejó con un concepto guerrero e invasor.
¿Para qué Perú habíase metido en una alianza con Bolivia que nos introdujo en una guerra de la cual nuestro país salía muy herido y merced a la que Bolivia no perdía nada? Sus terrenos aledaños al mar ya eran mayoritariamente habitados por chilenos y ¿qué ventaja nos daba ese pacto secreto de 1873 que nos generó la invasión del país y la pérdida definitiva de Tarapacá y Arica?
Uno de los capítulos más ocultos de la historia nacional pasa por la explicación razonable del tratado secreto. No lo era tanto, ya había sido publicado en una revista estadounidense sobre diplomacia entre los años que van desde su firma entre Perú y Bolivia hasta el principio de la guerra en 1879. ¿Por causa de qué se ha dicho que la misión de Lavalle en abril de ese año a Valparaíso y Santiago constituyó una habilidad diplomática? ¿No fue más bien una torpeza? ¿No fue ese mismo Lavalle el firmante del traidor tratado de Ancón de 1883?
¿Quién le cuenta al Perú por causa de qué el primer presidente civil Manuel Pardo echó a la basura la solicitud urgente y estratégica de Miguel Grau para la construcción de los blindados que equilibraran el poderío chileno absolutamente conocido? ¿cuáles fueron los intereses que se jugaron entonces? ¿no era el Perú de arriba contra el Perú de abajo que ayer como hoy, nada decidía, todo lo sufría y todo lo pagaba?
Luego de largos meses de torpeza y sólo después de derrotado el Huáscar en octubre de 1879, Chile se atrevió a invadir Perú y en ese año de 1880, Tacna y Arica surgirían como los emblemas de cómo lucha la gente de un país desorganizado, hundido en la bancarrota por culpa exclusiva de las élites corruptas. La maquinaria de guerra chilena había analizado y espiado con detenimiento las fallas locales y no hizo sino empujar un castillo de naipes pegado con materiales vulgares. La argamasa sólida de una nación no se hace con cobardes ni con falta de inteligencia. Aquí ambas taras sobraron desde siempre.
No obstante los baños de sangre que acontecieron en Tacna y Arica hay que preguntarse del porqué de muchas cosas que nunca han tenido respuesta, al menos las que el grueso del pueblo peruano anhelaba como parte del conocimiento histórico a que tiene derecho. Sin embargo hasta hoy, en medio de tanta modernidad y rapidez en las comunicaciones, las respuestas no llegan.
Por las calamidades del olvido, también permanece en el claroscuro el papel que cupo al constructor de ferrocarriles Henry Meiggs que trajo al Perú nada menos que durante el gobierno de José Balta la cantidad de 20 mil ó más trabajadores chilenos. ¿Cuántos espías hicieron sus delicias sin que nadie les molestara? ¿no fue acaso un hacendado inglés cómplice de proporcionar planos en las puertas de Lima en enero de 1881?
¿Cómo pudo una civilidad que apenas si había oído hablar de Chile y divorciada desde el interior con la Lima de entonces, en cuyo vientre funcionaba un gobierno producto del asalto del 21 de diciembre de 1879, en plena guerra y con un dictador de opereta, Nicolás de Piérola, dar tanta cuota de sacrificio, sangre y honor en defensa de un país oficial que no los consideraba como peruanos? ¿sino como esclavos o inferiores?
Un Perú desde abajo y desde adentro insurgió bien sea como soldado, apoyo, rabona, resistencia, cocina, zapatería o costurería y hasta primeros auxilios, dando la mano, el brazo y el pecho, al esfuerzo de guerra. Un Perú indio, cholo, mestizo, provinciano, acudió al clarín guerrero y en defensa de la patria cuando así se le demandó con el enemigo en la puerta de las ciudades que habían de invadir, saquear y asesinar. No obstante, el Soldado Desconocido y la Rabona Heroica dieron todo de sí y hasta hoy Perú no rinde el gran homenaje a que tienen pleno derecho los pueblos de toda la nación.
¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
Lea www.voltairenet.org/es hcmujica.blogspot.com Skype: hmujica
Herbert Mujica Rojas

Autor de la columna Señal de Alerta y responsable de Páginas Libres, periodista peruano, analista político y ensayista en temas geopolíticos, ambientales, seguridad documentaria y otros vibrantes acápites de su país y Latinoamérica. Escribió en el 2007 el libro ¡Estafa al Perú! ¡Cómo robarse aeropuertos y vivir sin problemas!
Es posible conectar con él al teléfono (+51) 1-9-9918-0913, o Nextel 812

Periodista peruano presenta su investigación lanzando un libro
«Estafa al Perú» corrupción y mafias en el poder
por Herbert Mujica Rojas*


¿Ha leído usted que alguien haya hecho cuestión de Estado por la concesión del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez en Perú? La respuesta probable –o casi segura es que no. Tal parece que los derechos humanos de millones de peruanos a quienes se enajena su primer Terminal aéreo no están dentro del menú de las preocupaciones cotidianas de ningún grupo en particular ni en general. Sin embargo ¿qué debe hacerse en los países, cuando, vía monstruosas maquinarias de propaganda y engaño, desde el mismo Estado, el concesionario (s) y los medios de comunicación, se impulsan fraudes como el habido contra el Perú a través de la empresita Lima Airport Partners (LAP) desde hace más de un lustro? Usted podrá leer esta investigación gratuitamente entrando aquí y bajando el libro.

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Una historia turbulenta
Desde el principio la concesión del Aeropuerto Jorge Chávez fue una historia plena en sucesos muy raros. Recordemos que fue un invento de Alberto Pandolfi que «vendió» la idea que jamás tendríamos que invertir un sol más en el Jorge Chávez y que una empresa de prestigio internacional en el mundo aeroportuario se encargaría de convertirlo en la vedette de Sudamérica.

La concesión del Jorge Chávez tuvo el apoyo entusiástico, firme y militante de nada menos que Valentín Paniagua, [1] presidente del nefasto gobierno de transición y de Javier Silva Ruete quien en un arranque eufórico anunció que esta concesión traería al Perú algo más de 1200 millones de dólares de inversión. Hasta hoy, LAP (Lima Airport Partners) no ha sobrepasado los 20, y con muchos bemoles de por medio.

Una versión indica que el negocio y sobrevaloración de los terrenos adyacentes al Aeropuerto Jorge Chávez (Lima) sería la madre del cordero en este tan controvertido asunto en el que estaría metido un importante estudio jurídico muy vinculado a todas las concesiones hechas en el fujimorato y que continuaron en el paniaguato.

Sin embargo, las cosas ocurrieron de una manera totalmente diferente, pues en una licitación plagada de maniobras raras, aparece Lima Airport Partners, una empresita que apenas si tenía un capital de 10 mil soles y la conformaban Fraport, Bechtel y Cosapi. A fines del 2001 esta firma como postora única «gana» el principal aeropuerto del Perú. Entonces había el gobierno de transición presidido por Valentín Paniagua y como ministro de Economía, Javier Silva Ruete y ambos mostraron una rara desesperación por firmar el contrato a la mayor brevedad.


Portada del libro «Estafa al Perú» de nuestro colega peruano Herbert Mujica Rojas..
Si usted desea adquirir el libro, puede pedirlo a la librería El Virrey en la siguientes direcciones:
Librería El Virrey, calle Miguel Dasso 147, San Isidro, teléfono: 440 0607, o en:
Librería El Virrey, Pasaje Los Escríbanos, Centro histórico de Lima, teléfono 427 5080. E-mail: libreria@elvirrey.com
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Montesinos y Pandolfi regalaron aeropuerto
Escribí en febrero del año pasado: «¿Quién fue uno de los cerebros del obsequio de que se hizo cargo Lima Airport Partners con la concesión hechiza del Aeropuerto Jorge Chávez?»: nada más ni nada menos que el actual gerente legal de LAP [Lima Airport Partners ], Eduardo Flores del Castillo, entonces hombre de confianza del ex ministro y del hasta hoy intocable fujimorista [2] Alberto Pandolfi, como lo demuestra un viaje de turismo a Rusia que disfrutó con resolución suprema.

Además, este personaje luego fue premiado con el puesto de Gerente Legal, pese a no tener experiencia en el tema aeronáutico, ya que sólo exhibía haber trabajado en la DGAC, lo único que hizo fue viajar por el mundo y agenciarse un cursillo en Holanda que mostraba como su más valioso galardón aeronáutico, quien a la postre sería expectorado de LAP.

Entre gallos y medianoche
Quienes de una forma u otra «ganaron» la concesión del Jorge Chávez eran tres empresas: Bechtel, Fraport y Cosapi. ¿Cómo así y por causa de qué, las dos primeras han cambiado de nombre y la tercera ya no existe más en el contrato?

Recién, como lo reconocen las nuevas empresas Alterra y Fraport Airport Services, en el último tercio del 2003, consiguieron el dinero en calidad de préstamo de Overseas Private Investment Corporation, una agencia del gobierno de los Estados Unidos de América y de Kreditanstalt fur Wiederaufbau, una corporación pública constituida y existente bajo las leyes de la República de Alemania y hasta por la suma de US$ 125 millones de dólares, como se consigna en la prenda de las participaciones en registros públicos.

Quiere decir en buen romance que ¿algo cambió a través de la Addenda 4 aprobada por Ositran y el MTC, en la que tuvo participación decisiva el viceministro de Transportes, Richard Díaz, quien llevó a cabo esas negociaciones nunca dadas a conocer a la opinión publica y que permitieron que estos dos bancos extranjeros soltaran dinero a LAP?

Es obvio, entonces, que las empresas originales, Bechtel, Fraport y Cosapi, jamás tuvieron, ni por asomo, el dinero para la inversión directa que Silva Ruete reputaba como un paquete de algo más de ¡US$ 1200 millones de dólares!

¿Quiénes son estos señores?
En la modificación de estatutos inscrita en los Registros Públicos el 6-11-2003 se explicita el nombre de los mandatarios de LAP, a saber: Presidente del Comité Ejecutivo, Fernando Alberto Romeu (pasaporte norteamericano No. 710035688) nominado por Alterra Lima Holdings Ltd; Clive William Condie (pasaporte británico No 032941572) por Alterra Lima Holdings Ltd.; Frank Thiesen (pasaporte No. 4009293052 por Fraport Ag. Frankfurt Airport Services Worldwide; Jorge von Wedemeyer Knigge por Frapor Ag. Frankfurt Airport Services Wordwide.

Con el antecedente escandaloso que sentó la presencia de Juan Casanova San Simón involucrado en quiebras y desmanes múltiples en España y Estados Unidos, la opinión pública tiene el derecho irrenunciable de solicitar la hoja de vida de estos señores que representan al consorcio LAP que ha contratado una concesión con el Estado peruano. ¿Es cierto que Romeu tiene alguna vinculación con firmas o negocios en Islas Vírgenes? ¿Está el señor Wedemeyer en representación no sólo de Fraport sino también del Deustche Bank?

¿Qué de cierto hay que en los empresarios y comerciantes peruanos que trabajan hace 30 años en el Aeropuerto Jorge Chávez siguen siendo maltratados por esta nueva administración que no se diferencia en nada de la anterior, salvo que tiene más prepotencia que nunca? ¿Qué dicen estos gerentes?

La caridad empieza por casa
¿Ha fiscalizado la Comisión parlamentaria de Transportes exhaustivamente la Addenda 4? ¿Qué garantiza transparencia y la honra de los compromisos de LAP con el Estado peruano? ¡Es hora ya que los congresistas empiecen a revisar con seriedad las concesiones raras en que ha incurrido la actual administración gubernativa!

¿Qué han expresado los medios de comunicación, aparte de esta casa editora, frente a un tema que recién empieza a mostrar orejas no tan diáfanas?

¿Cabría la posibilidad de demandar a las embajadas de Estados Unidos y Gran Bretaña toda la ayuda necesaria para investigar sobre las actuaciones públicas de sus connacionales en el consorcio LAP?

Inversión de la lógica
Fraport es una empresa de mucho empaque, experiencia y trayectoria. Nadie sabe a ciencia cierta cómo es que participó -y aún parece que lo hace- en un consorcio endeble como Lima Airport Partners SRL. El capital inicial fue de 10 mil soles y con ese monto “ganaron” la concesión del Jorge Chávez. En Cosapi por entonces estaba la mano poderosa, influyente e interesada de quien luego fuera ministro de Economía Pedro Pablo Kucsynski e hincha de la concesión en su primera etapa, conjuntamente con el tristemente célebre Roberto “Bobby” Dañino, quienes a dúo proclamaban que esto era lo mejor que le podía pasar al Perú (o a ellos).

¿Cómo así que ahora es segundona de Alterra, entidad que no tiene aún un lustro en el mundo aeronáutico mundial y casi ninguna experiencia en el manejo aeroportuario, pues hasta donde conocemos sólo tiene el aeropuerto Juan Santamaría de San José de Costa Rica, donde tuvo que hacerse cargo ante la defección de quien sería el operador, la empresa inglesa TBI, debiéndose destacar que en el país de los ticos, Alterra Partners está pasando las del Caín?

Además, ¿cómo se explica que la única participación peruana, con Cosapi, se haya diluido a través de la venta de sus acciones a Alterra y Fraport? En otros aeropuertos del mundo como en Chile, Honduras, México, Argentina, Grecia, Uruguay, etc, hay empresas nacionales siempre indispensables como contrapeso y representación en la gestión de esos terminales aéreos. Por supuesto, en el Perú somos originales y las han eliminado ¿Dios sabe a través de qué engañifas? la presencia de Cosapi.

¿Entre ellos se dan la mano?
Versiones apuntan a indicar que la desgracia del ex gerente, el íbero Juan Antonio Casanova San Simón y su posterior expulsión de LAP, no sólo obedece a sus raros manejos en empresas de telecomunicaciones, sino que comienza cuando impugna la desaparición de Cosapi del consorcio LAP. Es más, quien le recriminó más acremente tal actitud habría sido Walter Piazza de la Jara, del mismo Cosapi, porque tenía muchas ganas de contar con efectivo y tomar las de Villadiego por lo menos en cuanto a LAP se refería.

En buen romance ¡necesitaban menos dolores de cabeza y era obvio que LAP sí que lo era!

Hablemos claro

¿Cómo y quiénes negociaron la Addenda 4 del contrato de concesión del Jorge Chávez y en nombre del Estado peruano con Lima Airport Partners ahora con nueva composición accionaria?

Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz.

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PS del autor: En nuestros días, en este mismo mes de mayo 2007, coincidentemente con la aparición de mi libro ¡Estafa al Perú! ¡Cómo robarse aeropuertos y vivir sin problemas! el Congreso del Perú considera muy seriamente analizar, reformar, cambiar o anular el contrato de concesión del aeropuerto Jorge Chávez.

Documentos adjuntos
Estafa al Perú. Libro

(PDF - 5.4 MB)


Herbert Mujica Rojas

Autor de la columna Señal de Alerta y responsable de Páginas Libres, periodista peruano, analista político y ensayista en temas geopolíticos, ambientales, seguridad documentaria y otros vibrantes acápites de su país y Latinoamérica. Escribió en el 2007 el libro ¡Estafa al Perú! ¡Cómo robarse aeropuertos y vivir sin problemas!
Es posible conectar con él al teléfono (+51) 1-9-9918-0913, o Nextel 812*0018.


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Este artículo fue publicado por primera vez el 8 de febrero de 2004.


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[1] El lamentable gobierno transitorio de Valentín Paniagua (2001) no atajó lo que se venía como una gigantesca y corrupta operación: el regalo del Aeropuerto Jorge Chávez a un consorcio, Lima Airport Partners, LAP, constituida con un exiguo capital de US$ 3000 (S/. 10,000 soles).

[2] Respecto al gobierno de Alberto Fujimori. gobierno dictatorial y corrupto de este presidente de orígen japonés donde campeó la arbitrariedad de la cual, bajo inspiración siempre presente deVladimiro Montesinos se "cocinó", bajo la forma de concesión el regalodel principal terminal aéreo del Perú.

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