"Ser inmoral es gastar dinero en aburrirse, ser moral es aburrirse gratis"



lunes, 27 de septiembre de 2010

Posiciones sexuales: como insertar la ficha en la ranura correctamente en la Edad Media




En la Edad Media la Iglesia incluso dictada cómo se suponía que tenían que ser las relaciones sexuales en lo referente a las posciones a la hora de practicarlo. Todo lo que no fuera la "posición de misionero", por ejemplo, se consideraba anormal y, por lo tanto, un pecado, según la Iglesia. La mujer en encima del hombre, o practicar el sexo estando el hombre detras de la mujer no era permitido por la Iglesia porque iba en contra del orden natural de las funciones de hombres y mujeres. El sexo anal y el sexo oral eran considerados como pecado porque su práctica era única y exclusivamente por placer, no por la procreación, que para los puristas, era el único propósito de las relaciones sexuales.

Los castigos para los que practicaban el sexo en posiciones que consideraban "desviadas" llegaban a ser muy duras: tres años de penitencia para la mujer si hacia el amor encontrandose ella sobre el hombre y la pena para el sexo oral y o si era el hombre quién lo hacia detrás de la mujer, siendo estas las posiciones más castigadas. El coito anal podía quedar fuera de estas penitencias.

Estas fueron las ideas oficiales de la Iglesia, pero algunos teólogos progresistas empezaron a cuestionarlas.

Albertus Magnus denomino cinco posiciones sexuales y las clasifico de la más a la menos aceptable:

1) El misionero,

2) de lado,

3) sentados,

4) de pie y

5) por detrás.

Magnus añadió que la postura de el misionero era la única posición completamente "natural" de todas que eran "moralmente cuestionables, pero no mortalmente pecaminosas". Para él, en determinadas situaciones, sin embargo, como la obesidad extrema, las otras posiciones podrían ser no sólo aceptables sino incluso prácticas.

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