"Ser inmoral es gastar dinero en aburrirse, ser moral es aburrirse gratis"



sábado, 11 de septiembre de 2010

JUAN EL MAESTRO DE JESUS





Feliz día y feliz existir tengas, mi amado ser que eres uno conmigo en el Uno. Me ha pedido el maestro que os hable esta vez un poco del hecho conocido como el bautismo de Jesús por Juan. Más allá de que seas o no cristiano, y como este portal aglutina a los seres que no se cierran a las formas universales de Dios, sino que abren su corazón de par en par a todas ellas, permíteme contarte un poco sobre este hecho:

Muchos creen que Jesús (o Ieoshúa como su nombre sonaba en arameo) fue al Jordán, donde Juan (Johanán) bautizaba a las gentes entre los judíos, para ser uno más y cumplir con la tradición y con lo anunciado por Juan, pero esto fue así sólo en parte. El maestro me ha pedido que difunda esta verdad:

"El amado Señor Jesús, quien debió tomar carne en semejanza de hombre por propia elección, vino a este mundo no sólo a enseñar, sino a aprender en sus comienzos. Debía pues elegir a un maestro que trajese la completa iluminación a su ser, y que ésta ya sea con Conciencia Plena de su Ser Eterno. Para ello, eligió a Juan, pues como Jesús mismo dijo no ha habido de entre los nacidos de mujer, alguien más grande que Juan el Bautista...

Como ser en extremo puro, debió Jesús elegir a un ser en la Tierra de su talla espiritual, y eligió a su maestro Juan para ser purificado antes de tomar el estado pleno de conciencia.

Que quede bien claro: Jesús eligió a Juan en la Tierra como su maestro. Díselo a nuestros hermanos del portal..."

Y eso que se me ha encomendado es lo que digo, aunque un esbozo de esto está ya dicho por Johanán en sus revelaciones a mi alma que habréis ya leído.



En la red he encontrado esta imagen de ese momento, la cual me ha agradado y he querido compartir contigo. He comenzado a hacer los dibujos de Johanán tal cual vienen a mi mano, así que en algún tiempo los también los compartiré contigo. Según aparece Johanán en mi conciencia, lo plasmo con un lápiz sobre un papel. Era un ser de cabellos largos, un tanto desprolijo, su cuerpo era grande y fornido, sus ojos eran negros, como los del maestro Jesús. Sé que los ojos celestes de Jesús son muy bellos en las pinturas, pero cuando venía la imagen a mí, eran oscuros, y Él no era para nada delgado. Se lo pregunté al maestro, porque la imagen que yo tenía de estos seres según las pinturas era otra, a lo que se me contestó que eran tal cual las vislumbraba mi conciencia. Aún así, sus formas físicas, aunque bellas, no son tan importantes como La Palabra que de ellos manaba.

El maestro, de vez en vez, cierra sus ojos, y recordando esos tiempos, abre en mi alma el recuerdo de lo sucedido. Si buscas en el foro, encontrarás la enseñanza a Pedro y a Santiago en el monte del sermón. Necesario es que veas a Cristo más allá del nuevo testamento, porque tanto y hermoso hay para decir de su vida! Tan poco se encuentra escrito de estos seres! De Jesús, sólo cuatro evangelios conteniendo preceptos y alguna que otra parábola. Aparecieron otros evangelios que puse en el portal, algo se dice en el Libro de Urantia, en los escritos etíopes, en los esenios, pero siempre siento que muchas palabras no nos llegan tal cual las dijo el Maestro. Por eso siempre acudo en estos últimos tiempos a que La Voz hable en mi conciencia humana, porque sé que allí nos vista el Espíritu de lo Alto. La realidad, es que nuestra mente es como un espejo, y reflejará La Luz en la medida que lo limpiemos. Te imaginarás que aún me queda muchísimo por limpiar, pero ciertas zonas gracias al Padre y a su enviado, ya están desprovistas de suciedad, y allí la luz que se refleja es hermosa e indescriptible.

Hoy le dije al maestro, que de niño mi madre relataba que cuando tenía yo unos pocos meses, y hallándome a punto de morir a causa de una enfermedad infecciosa que atacaba a los bebés, abrió ella la puerta de la habitación en que me habían internado. Yo no sabía ni caminar ni hablar, pero sobre el respaldo de la camita pendía un crucifijo. Al entrar allí, mi madre vio como yo estaba hincado de rodillas en la cuna, y lloraba con la cabecita alzada mirando esa cruz. Yo, claro está, no lo recuerdo ni por asomo, pero ella quedó muy conmocionada por este hecho. El maestro me ha dicho que cada Encarnación conduce a sus hijos hasta su Esencia misma, y eso sucede con Jesús el Cristo. Mas luego, me dijo: para llegar a Jesús, debes pasar por Juan, y eso haces, porque Juan es tu maestro interior según su decisón. Le pregunté yo: pero, ¿era Juan humano?. Sonriendo el maestro me respondió: un poco y un poco...

Con amor y vibrando, recuerda las palabras de Jesús a las gentes que preguntaban sobre quién era Juan el bautista: "Y qué salísteis a ver al desierto? Una caña movida por el viento por el viento? Un hombre con finos ropajes? Quienes se visten lujosamente se hallan en palacios donde habitan reyes. ¿Y qué salisteis a ver? ¿un profeta? Sí, os lo digo, y más que un profeta. Él es de quien está escrito: Yo envío delamte de ti a mi mensajero para que te prepare el campo... Os aseguro que de entre todos los hombres nacidos de mujer, no ha habido más grande en la Tierra que Juan, el bautista...En efecto, todos los profetas y la ley anunciaron este reino hasta que vino Juan. Y si queréis admitirlo, él es Elías, el que había de venir. El que tenga oídos para oir que oiga!" (Mateo 11, 7-15)

Es importante que este ser llamado Johanán eligió menguar en importancia y aparición, para que Jesús cumpla su misión y sea reconocido y venerado como Mesías, porque nadie ha dicho jamás que los Tres Reyes, luego de postrarse y adorar al Jesús niño, se retiraron del pesebre a la casa de Elizabeth, para ir a honrar a Juan, el encargado de limpiar y preparar el camino del Señor. ¿Por ventura crees que tamaña tarea sería encomendada a alguien de la talla de un discípulo o a un mero vocero? No, no es así. Juan es en verdad grande, a tal punto que sus emanaciones aún toman forma humana, y enseñan como en aquellos tiempos.

Déjame compartir algo más contigo. Hace unas semanas el maestro ofreció su enseñanza por este medio. Con alegría digo que 7 seres aceptaron el ofrecimiento. Me daré por satisfecho si al partir de mi carne, uno solo logró permanecer firme en la enseñanza del maestro. Porque, verás, yo sé lo difícil que es ser constante. A veces, el maestro enseña en una forma en que pareciera, según juzga nuestra mente, que no somos capaces de entender. Y ¿sabes qué? quizá lo que te diga no te guste, pero no es importante en un comienzo entender, sino ACEPTAR.La comprensiuón viene luego, como ya te ha sido dicho. Las enseñanzas de un maestro entran en forma mínima por nuestros oídos, y en manera misteriosa por corrientes incomprensibles. Claro está, eso si se trata de un verdadero maestro. Y tú siempre preguntas ¿cómo reconocerlo? Pues hermano mío, en esta vida no hay seguros materiales confiables, ¿cómo los habría en cuestiones de fe y espíritu?.

He aprendido a caminar aún sin ver el camino, y a caer y seguir creyendo. A gritar en medio de la desesperación, pero por sobre todo he aprendido a no apartarme nunca, suceda lo que suceda, de mi maestro. El día que él parta de esta Tierra, ya no podré estar más solo.

Amado ser, por estos tiempos grandes oscuridades se cernirán sobre nuestra humanidad. Comienza la sombra, pero es necesaria para que amemos la Luz. Como decía mi amado Santiago: la fe obra paciencia en el sufrimiento.

¿Quién será capaz de ser fiel a la enseñanza de Jesús: Ama a tu enemigo? Porque todos creen que la enseñanza magnánima fue: ama a tu prójimo como a ti mismo. Pero ¿por qué los judíos le comenzaron a tomar odio a Jesús? Porque en pleno tiempo de la opresión romana, el cordero de Dios aseveró: AMA A TU ENEMIGO.

Recójamosnos en nuestro templo interior, porque necesitamos mucho del Espíritu de Verdad que hable en nuestros corazones para que la Luz disipe la tieniebla que se apoderará del mundo en estos tiempos.

Sea la Luz y el Padre en vuestra conciencia y en el sentir humano. Dijo el Cristo: Mi Paz os dejo, y mi Paz os doy.

Tiempo es de tomar la paz. Quedo a vuestros pies con amor sumo, y agradezco una vez más la devoción con que acudís a este portal espiritual. Gracias, y hasta la semana próxima.

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